Carta a Del Paso II

Leonora Carrington
Transferencia (1963) / Óleo sobre tela / Leonora Carrigton (1917-2011) / TATE – London

Tú, forever filho do Bandeira, Türkiye-uruguashano, chimbero de Colombia, Alhambra generalifada de Al-Ándalus, andar de la Roma y habitante enamorado de Zacatecas y Tonalá y da Rua Barata Ribeiro em Bela Vista com espíritu dum Orixá mexica; esencia de Georgie London-Montrealeño afogado en el Temple Bar, y pecho voluptuoso en mano de Molly Malone; caminante-espíritu que pasea con Hugo en Madrid mientras exploras a Jemanja y a Don Nintendo, jugando entre cascadas de azahar en un hamam Cordobé; recuerdo de Patri’ no Palacio da Pena, y que saluda a Pessoa, abraça e abençoa a Hokusai en el Grand Palais de París, y admira a Chirico en el MoMa, sem deixar el solitario Room de Hopper, voando como omeya en Medínat al-Zahra, fingiendo ser poeta de la Betis Hispánica; tú, que babeas ante una ojiva inactiva en New York y observas a Champi adormilada contemplar a Priapo en Pompeya, sin que nuestros hermanos detengan su correría en Ciudad Universitaris (noc, noctis). Per voi. Minha vontade. Meu trabalho que dá água na boca. Ma! A sabiendas que la tua pátria nunca foi minha língua Chilanga, sino la de El Bosco en el Prado mientras amava, en imperfecto, el azul de tu piel bailarina desde Montepertuso, en una tarde de verano con Persiles y Segismunda y Roncu, el siamés sempiterno del 99, en la Nápoles y Coyoacán y también en el escultórico corazón de Ocho Conejo, al tiempo que degustábamos a Homero J. Febrer, quien gritaba: “Jooohnnny! La mujer del puerto aún te ama”.

— Tu Friducha de Tlaxcala,
a 30 años de volver con Pachamama.

El regreso

Ella me mira de soslayo antes de abordar el avión en la barra de un bar en el aeropuerto de Schiphol. Lo noto. La ignoro. El barman me dice que es de mi país. “She is so beautiful. Don’t be a fool and to talk to her!”. Entonces la volteo a ver, justo a espaldas mías. Conversa con dos personas más en una mesa contigua. Mexicanos todos. Me decido a beber tres porters para apaciguar la espera de un retraso recién anunciado, mientras charlo con un italiano de Palermo casado con una mexicana. Visitará a su familia extendida, aunque regresará a la isla de Sicilia junto con su esposa porque ambos ahí han encontrado trabajo. Llega el momento de ir al baño. Me levanto, regreso a la barra, continuo mi platica con el italiano y, cuando finalmente es la hora de abordar, ella me habla al pasar a su lado. “Se ha retrasado nuestro vuelo”. Respondo que esas tres horas extra todos las supimos aprovechar con cerveza y buenas charlas. Nos enfilamos entonces a la puerta de embarque sin dejar de hablar; embelsadamente borrachos. Nos preguntamos en qué sitio nos habremos de sentar en el avión. Ella me dice que nos vayamos juntos todo el regreso. “Finjamos que estamos casados”. Acepto. Para celebrar saco un vino de mi equipaje de mano y lo comenzamos a beber en ese instante, en la fila de abordaje. Al llegar a su asiento, convence a la viajera sentada a su lado que se cambie a mi lugar. Ella nos dice: “Don’t thank me, thank to the universe!”. Nos reímos. Nos sentamos juntos. Bebemos más vino. Pedimos cerveza. Escuchamos música en su celular y también en el mío. Se cambia un anillo que lleva en la mano derecha hacia su mano izquierda. “La piedra de esta sortija tú la buscaste y así fue como llegó a mí. Era lo menos que podías hacer” (palabras más, palabras menos). La tomo del cuello. Y nos besamos febrilmente. Juego con sus labios; la invito a una danza breve de lo que llamo beso. Ella, entonces, por el cansancio del alcohol, los traslados y desvelos, duerme siete horas seguidas. La veo hecha jirones, con el cuerpo desacomodado, incómodo. Quiero ignorarlo. Pero no me es posible ser indiferente. Me veo en la necesidad de taparla repetidas veces, y le acomodo en numerosas ocasiones su cabeza sobre la delgada almohada del avión. Intento dormir. Cuando en verdad lo logro, casi al término del viaje, me despierta. Me pide mi teléfono. Escribo el suyo. Ambos nos confesamos que vivimos en colonias limítrofes y que trabajamos en grandes corporativos. Que volver a la rutina después de un viaje es sinónimo del despertar de un sueño que se ha desvanecido. Del amor-odio a nuestra ciudad. Y, ante la emoción de todo lo acontecido, se me ocurre invitarle una cerveza en el aeropuerto. Lo piensa. Iría por ella su novio. La acompaño a recoger sus maletas y ahí decido irme, fingiendo —o a la espera indefinida— que nos tomaríamos un café o que nos veríamos cualquier día de la semana. «No nos despedimos», le dije. Esa noche soñé con ella. Y le escribí. Me respondió. Con la excusa del jet lag en mi primer día de regreso al trabajo, le dije que moría de sueño, pero que la invitaba un café. Me dijo que saldría tarde (al menos lo intenté). Pero estábamos cansadísimos. Al día siguiente también le escribí. Me respondió. Y entonces, días después en una madrugada me decidí a borrar su teléfono, en contraposición a mis ansias irrestrictas y emocionales de verla, por saber quién era; para encontrarle un sentido a lo efímero que puede ser un encuentro.

Fue así que nunca volvimos a saber de nosotros.

Batalha

Noches de rostros divinos
Espacio desesperado e intrépido
Versan mis recuerdos entre mi amarga e insómica desesperanza
Y el pensamiento donde confluyen percepciones y atisbos de interrogantes malsanas

Velo; y en ensueños
La vigía me gobierna
La arritmia se apodera
De mis ansias, de mi febril existencia

¡Oh, musas mías!
Si les he de ser sincero quiero
Es que enterrarlas es mi ávido deseo
Y asumir una tranquilidad absoluta
Si tan solo borrarlas pudiese mi arrebato interno

Para amanecer sin su esencia
Y de su sexualidad que le urge a mi endeble existencia
Desprenderme de ustedes pienso
De volver a la inocente ignorancia de infante avieso

Me encierro
Me enclaustro
Me omito
Acallo mi pensamiento

Ostracismo obligado
Para desprenderme
—solo así—
De sus recuerdos vagos

De mi amor, el nuestro
Ora inagotable
Ora desesperado
Por crear una vida juntos
En la que nos deshacemos a pedazos mutuos, en besos infinitamente desesperados

Irmã no meu apartamento de solteiro que alugo / 2017

Runaway

Go, go, go away
You my lovely ghost
Só moramos mais um sonho
Mas não volte, não

Que la remembranza es fardo
Y yo un abrupto amo de la existencia
Con più obiettivi a realizzare
Dove la tua ombra non esiste
E non sarai mai…

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Arrivederci, meu amorzinho!

Agosto 2016 / Museo Archeologico di Napoli

Robin (1999-2016)

Roncu mío:

A un año de tu partida te sueño todos los días y me levanto siempre pensando en ti.

Te extraño en forma de torrentes emocionalmente abruptos, ora de alegrías ora de tristezas incontrolables.

Donde sea que estés, bien sabes que vives en mi ensueño de muerte mexicana, en el espíritu donde te venero, admiro y te recuerdo día a día.

Cuánta falta me haces… hoy y siempre.

Feliz aniversario luctuoso, Robin eterno.

(11/05/1999 | 15/04/2016)

Cómo crear un evento de «tecnología» en México

¡Has sido invitado al mejor evento tecnológico del país! Podrás aprender de la mano de los líderes en los sectores de innovación y tecnologías de la información a nivel global y nacional. ¡Ven a la ciudad de Guadalajara, el próximo Silicon Valley mexicano!

Primera vez que los visito. A nombre y en representación de la empresa de recursos humanos donde trabajo. Mar, nuestro contacto por parte de la institución de emprendimiento del gobierno, es pura habladuría: «serán los líderes del área de inclusión laboral, los mentores principales que capacitarán a otros mentores para que ayudemos a los jóvenes asistentes a definir sus proyectos de este hackaton que busca mitigar la pobreza». Su idea e intención es buena; su ejecución y método, un esperpento burocrático y pragmático.

Bullshit. Liderazgo que busca cacarear huevos de gallinas ajenas, a partir del expertis de otras personas.

Desorganización, improvisación, valemadrismo en la revisión de los proyectos; sin consistencia ni comprensión del marco conceptual, y metodológico para que los mentores guíen un proyecto de negocio con un objetivo específico.

Para la definición de esta vertical es importante tener en mente definiciones básicas de pobreza y comprender que los proyectos que asesoremos deben impactar en darle empleo a las personas, incidir en la informalidad laboral…

(Interrupciones) 

Yo trabajo con comunicación institucional y difundo mensajes sobre los riesgos del VIH para la gente. Para mí esto es inclusión.

Yo soy transexual-intersexual y he trabajado desde hace muchos años con empresas como IBM y una telefónica mexicana regada en toda Latinoamérica. Para mí inclusión es incluir personas de la comunidad LGBTT en los puestos de trabajo.

Yo laboró con población de calle, niños de 16 años, para capacitarlos en los oficios de sus padres y que se empleen así desde esa edad.

Considero excelentes sus trayectorias, pero es importante enfocarnos en la ficha que les hemos dado para impactar positivamente en la vida de las personas con un trabajo: esto es lo primordial que debemos visualizar en los proyectos que revisemos…

Quien supuestamente sería nuestro equipo de trabajo comenzó a levantarse de sus asientos (largarse para ser claros del espacio que nos habían asignado los pseudo organizadores del evento): no era lo que esperaban en confluencia con lo que también nosotros esperábamos de ellos.

«Pues mira, que soy español. Me pagan por buscar socios de negocios en países de tercer mundo, tío. Vale, que lo importante son los contactos, llenar el lugar con jóvenes geeks. Y venderles a nuestros anunciantes la idea de que podrán dar talleres, realizar dinámicas, dar pláticas, vender sus productos, ofrecer empleo. ‘Sóis la ostia en vuestro sector: aprovecha la oportunidad porque la innovación tecnológica la respiramos a diario.’ Y así los ponemos a trabajar a ellos y nosotros nos forramos con millones de duros. Y además a los gobiernos de allá lo que les interesa es promocionarse, crear la imagen de que están ayudando a los jovenes. Vaya, y que algo bueno se sacan esos chavales, joder, pues les regalamos un millón de pesos. Pero eso es una mirruña de la plata que nos metemos. Son unos indios, joder, nos compran cualquier cosa».

Epílogo

¿Sabías que los campuseros necesitan transportarse, comunicarse, aparearse, alimentarse, divertirse? ¡Ven a Campus Festivus, estimado socio de negocio!  Coloca tus trailers, reparte condones, ofréceles batas de baño aunque seas un banco, tendrás gran presencia de marca, podrás cambiar al mundo, captar público joven con alta capacidad de consumo y vender tus productos, aumentar la demanda de tus servicios. Sé parte del futuro». 

NY City Subway / May 2016


Real dreams 

Tenías un chongo.

Estabas de espaldas.

Tu cuerpo desnudo.

Y te abrazaba por atrás.

¿Serán lazos nuestros  de otras vidas?

¿Serán momentos que nuestras almas han tenido

antes de esta,

en los que nos hemos encontrado

tantas veces

porque nos hemos buscado

entre casualidades y destinos?

Yo por eso no me preocupo

del perecer de esta vida

porque habrá otras

en las que seguiré encontrándote.

Y ahí te miraré

como el día  en que te vi por vez primera,

y te reconoceré en forma de

planta, hierba o estrella de mar.

Y te abrazaré, nos abrazaremos,

como un sueño infinito

de un alma viajera

que te busca

y siempre,

en cualquier universo, tiempo y ensoñación inimaginada,

te encuentra joven y eterna .

Con cariño,

tú siempre tuyo,

J.E. Febrer.

 NYC pedestrian near Chelsea / May 2016